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La sensual estrella Daniela Kosán

29 agosto, 2015
Por: Ramón Barreto / Fotografía: Juan de los Mares

Esta hermosa y sensual animadora de televisión, se confiesa como una morning person, enganchada a la serie de USA Network, Suits y, aunque muchos no se lo imaginen, la ex chica Polar, Daniela Kosán es una fanática del rock en español amante de Charly García y Sentimiento Muerto. Esta es la segunda parte de una entrevista que descubre a la mujer que se esconde detrás de una sonrisa perpetua.

Para leer la primera parte de esta entrevista haz click aquí

daniela kosan

Short y camisa de jean: Rapsodia
Zapatos: Andrea Gómez
Brazakete y zarcillos: Joyería Braganza
Collar: Pulsera Tirisi

Los 10 minutos

La Kosán no era cualquier alumna de Medicina en la Universidad de Carabobo. Ella contaba hasta la última milésima de su promedio en un afán por llegar a una beca y abrirse paso como una doctora importante. Luego del trago amargo “con lo de papá”, como en una película taquillera de Hollywood, un amigo le insistió con el modelaje. Era alta y graciosa. Posteriormente el encuentro con Osmel y su “dedo mágico” le abrió las puertas del Miss Venezuela en 1997. Los libros de fisiología quedaron guardados y comenzó una carrera que, a ratos, parece más complicada que una operación a corazón abierto.

-¿Cómo era tu vida antes de la corona?

-Tenía que bajar una calle infinita que me tomaba 10 minutos contados con reloj. Salía a las 5:30 de la madrugada de casa. Agarraba entre 2 y 4 camioneticas para llegar al campus de la Morita de la UC. De regreso eran los mismos 10 minutos, pero de subida. Ya sabía manejar y un día le dije a mi papá: “¿Y más o menos como para cuándo mi carro?”. Me paró en seco y me dijo: “Daniela, irás a pasar al menos los dos primeros años de la carrera en transporte, para que veas lo que es el verdadero valor de un carro. ¡¿Tu sabes lo que cuesta eso?!”. Al final me calé casi toda la universidad así, claro que salían las colas y los amigos, pero luego todo cambió, paralicé los estudios al cuarto año para entrar al Miss Venezuela. Él nunca me vio así en la televisión, pero cuando le dije que iría al Miss Venezuela le encantaba la idea de que su apellido se hiciera famoso.

-¿Entonces entras al Miss Venezuela por las cuatro ruedas?

-(Risas) No, nada que ver. Entré más bien por despecho (risas) y por echar broma. Luego de que Osmel me manda al concurso Miss Internacional y gano una mención en “cash”, pude comprar finalmente el carro. Eso me permitió comenzar a ahorrar, yo soy súper ahorrativa. A los 24 años llegó el carro. Luego decido comenzar de nuevo mi vida en Caracas y estudiar formalmente Comunicación Social. ¡Y no me lo vas a creer! El estacionamiento de Comunicación quedaba muy abajo… ¿Y adivina cuántos minutos me tardaba desde donde dejaba el carro hasta el salón?: los mismos 10 minutos (risas). Era la misma lucha. Parece que todo me lo tengo que ganar y al final es lo que más valoro: El esfuerzo.

Ahora yo misma me busco mis 10 minutos en todos los proyectos. No me gusta que se me den las cosas fáciles. No apuesto, no me gusta la lotería. Me gané un bingo una vez y en seguida gasté el dinero en ropa.

-¿Alguna vez te imaginaste como mamá?

-A los 33 años comencé a preguntarme si sería mamá algún día. A los 25, cuando me casé por primera vez, era una cosa como de “no pero sí”, luego el trabajo, la separación. Empecé a renunciar a todo: A E!, a la radio, las presentaciones. Quería quemar el último cartucho y me fui a Nueva York. Pensaba en ser una mochilera, nada de maquillaje, zapatos de goma, disfrutar la ciudad. Yo estudiaba inglés y mi esposo fotografía. Vivimos los 6 meses más felices de nuestras vidas. Justo después vino lo del cáncer de mi mamá y eso me ha enseñó a apreciar la felicidad de a sorbitos. La maternidad te cambia.

daniela kosan

Traje de baño: OZ designs
Jeans: Nimrod
Zapatos: Tarbay
3 Collares de labios: Joyería Braganza

-¿Cómo haces para estar siempre feliz? ¿De dónde sacas la energía?

-Supongo que es mi naturaleza, me gusta vivir así, ver la vida de colores. No me gusta enrollarme, las niñas de por sí somos muy dramáticas, así que estoy trabajando en quitarle el drama a mi vida. De vivir de una forma más pausada. Siempre en el marco del respeto, de la educación y el valor hacia los demás. Quiero llevar la fiesta en paz. He aprendido a trabajar el perdón. El ser humano vive de ilusiones y uno debe aprender a crearlas. Te levantas con el pie izquierdo y todo tu día es así, si te levantas como “Hello Kitty” (no te rías de mi) pues tu día sigue siendo así (risas). Hay días en que de verdad el humor orgánico no te deja continuar, en ese caso me voy a mi casa y sigo el consejo de mi mamá: “¡Métete a bañar!”. Ante la inseguridad te vas creando tus propios espacios, tus nichos, obviamente no es la vida que uno disfrutó en el pasado, ni la que quiero que disfruten mis hijos, pero es lo que tenemos y hay que seguir adelante.

-¿”El norte es una quimera”? ¿Por qué sigues apostando a Venezuela, cuando al parecer todos quieren salir corriendo?

-Sí, he disfrutado y viajado mucho a mis 41 años. Si me dieran la maleta de Antonini podría vivir en Nueva York feliz de la vida, pero todo tiene sus pros y contras. Cuando marcas los “check points” de cosas buenas, este país le gana a todos. Por algo era la opción ideal de inmigrantes como mi papá. Hoy nos está matando (literalmente) la inseguridad y esto se toma demasiado a la ligera. Luego te das cuenta de que hay muchos venezolanos que tampoco se quieren ir, me encanta el clima insólito de Caracas. Mi esposo tiene una empresa de 34 años de servicio acá, ¿cómo dejas a esos empleados guindando? ¿Cómo acabas con el trabajo de toda una vida y te lo llevas en una maleta? Prefiero ser cabeza de ratón que cola de león, a mí nunca me estresó el tema rating, el pisar a los demás para surgir o la competencia.

-¿La belleza con inteligencia es un arma de doble filo?

-Muchos de mis amigos me dijeron que por qué “tan gafa”, que por qué no me había quedado en Los Ángeles a vivir. Tuve la oportunidad. Pero no me terminó de cuadrar. Sigo siendo esa misma galla de la que te hablé al inicio. No he probado las drogas, no fumo, no tomo. Muchas veces vivir eso implica todo eso. He sido fiel a mis relaciones y a mí misma. ¿Andar en eso después de vieja? ¡Ay, no!

-Valla inmensa en la autopista, objeto del deseo, pero tu imagen siguió impoluta. Muchas simplemente se quedaron como las mamis sexys…

-A mí me asustó mucho hacerlo en su momento. Fue un riesgo enorme el que tomé al aceptar ser una Chica del Oso. Gracias a la influencia de Luis Chataing me quedé con ese cassette de Renny Ottolina: Ser consecuente con tu imagen en los medios de comunicación. Me han ofrecido muchísimo dinero por productos que no me gustan. En este caso Polar es una empresa venezolana que representa valores de tradición y trabajo, yo creo en eso. Me enamoré de esa campaña por Gaby Espino con un tag que decía: “Belleza, sí hay”. Ahí me terminé de animar, por no hablar de la exposición que garantizaba. Me daba pena salir en traje de baño, pero ahí me terminé de dar a conocer. Ellos fueron todo el tiempo muy profesionales.

La gente no se da cuenta del poder de los medios y lo cierto es que no se tiene que ser chabacano para llegarle a las masas. Esa ha sido siempre mi inquietud. ¿Cómo llegar a la gente de forma educada? Así nació en su momento “Zona Creativa” en Televen. Ese programa luego se convirtió en referencia obligada para todas las escuelas de comunicación del país. Es mentira que al venezolano le gusta hablar o verse mal.

Luego llegó un punto en que tanto contraste ya no me cuadraba. Un día pasé directo de Los Ángeles, de una transmisión de los Emmy, para una grabación de Polar en Margarita. Ya en ese momento lo había logrado, ya no lo necesitaba. Luego hubo una transición a algo más glamoroso. Creo en que la elegancia siempre se mantiene… Al mejor estilo de Carolina Herrera, a esa señora todos los venezolanos la admiran, a todos les gusta y nunca ha mostrado nada. Las que se quedan en lo sexy tienen un público muy definido, que se desvanece muy rápido.

-¿Qué es el lujo para ti?

-Lo disfruto, me gusta entrar y salir, lo que me gusta de las grandes firmas es que permiten generar empleos, ilusiones, arte, vida. Pero no es algo en lo que me quede pegada. Mi abuelita falleció hace poco y todo fue tan sencillo, que no pudimos dejar de sentirnos millonarios en tantas otras cosas, en amor, en unión. Una amiga hace poco me dijo: “pobrecito ese señor que es tan pobre que lo único que tiene es dinero”.

Nunca me he considerado la más bonita. Hay mujeres con unos rostros increíbles, pero quizá el conjunto haga algo conmigo. Jamás se me olvida cuando Giselle Reyes me dijo: “Aragua, no eres la más bella, pero eres la más completa”. Y eso lo he tomado en mi vida. El inglés me ha servido muchísimo, no sé esquiar perfectamente, pero me defiendo y en una campaña en Argentina fui la única modelo que dijo: “Sí, yo lo hago”. Igual con el buceo, el tenis, montar a caballo. De todo un poco, yo trato de aprender de todo.

Eso me ha servido para entrevistar y conocer la vida de los demás, saber cómo lo lograron… Muchas veces lo productores me decían: “pregúntale del disco, de la mujer…”. Yo quería que la gente supiera cosas más importantes de sus artistas favoritos. Ahora me encantaría volver a la TV, pero para preguntarles ahora que tienen el éxito cómo se mantienen. Cuando un país está en crisis lo que más lo llena es la compasión y el entendimiento.

daniela kosan

Chaqueta de jean: Nimrod
Anillo: Joyería Braganza

  • Maquillaje: Jesús Palencia
  • Stylist y producción: Ana María Khan
  • Agradecimientos: Tita Beaufrand