Lena-Yau

¿Qué lee la catadora impenitente, Lena Yau?

17 octubre, 2015
Por: Ignacio Weil Revenga / fotografía: Efren Hernández

 La escritora, especialista en el vínculo entre gastronomía y literatura, muerde palabras, degusta verbos, narra con sabores. El poemario “Trae tu espalda para hacer mi mesa” y “Hormigas en la lengua” son sus más recientes libros. En esta entrevista nos invita a descubrir algunas obras de la literatura venezolana.

 

En un jueves por la tarde, cuando la hora pico hace despertar a la ciudad de Caracas en una sinfonía de cornetas y gritos de conductores irritados, la presentación de un libro en Casa Bistró parecía una plácida idea. Abatido por la contaminación sónica, me refugié en el restaurante donde, con una copa de vino en mano, pude conocer a Lena Yau.

Al conocer a Lena Yau por la presentación de su poemario titulado Trae tu espalda para hacer mi mesa, lo primero que uno ha de pensar inmediatamente es que, a pesar de un largo período fuera del país, no ha perdido su acento venezolano. Lleva consigo la camaradería hacia los desconocidos que tanto nos caracteriza como latinos. Ella se asegura de hablar con todos los presentes, saludarlos y aunque sea intercambiar un par de palabras con cada uno. Tratarle de “usted” pareciera un pecado a esta cálida informalidad y, sin nunca perder la elegancia, me pide que la llame por su nombre.

Lo que Lena Yau nos ofrece es narrativa sobre la cocina, un vínculo entre dos pasiones: la degustación y la escritura, que residen en el espectro de los sentidos. La redacción de la percepción sobre colores o texturas que se pueden encontrar en un almuerzo son las mismas que encontraríamos en cualquier novela que intentara introducirnos en una historia. La gastronomía no resulta tan extraña al pensar en el monopolio que tiene sobre el sentido del gusto.

Como se espera de los escritores, Lena Yau se ha sentido inclinada por la literatura desde niña. “Leer y escribir no era un trabajo o una tarea, sino una aventura”. Desde entonces, ha sido un largo camino para convertirse en escritora, valiéndose de experiencias oníricas intensas que le permiten transcribir un mundo de sentidos a relatos de ficción. “Sueño sinestésicamente: colores, texturas, sonidos, aromas y sabores se mezclan con imágenes sorprendentes. Transcribir esa mezcla me llevó a investigar cómo cuentan los sabores quienes crean”.

“Es una historia a bocados que se puede leer de muchas maneras. Un trabajo que implica una especie de arqueología gastro-lingüística”, dice Lena sobre su última novela Hormigas en la Lengua. “Los personajes se aferran a los sabores y a las palabras de su infancia para no perder la tierra. La mesa para ellos es una brújula, un mapa, la voz en la que se buscan, un tratado del amor y del desamor”.

Como un último testimonio, Lena recomienda que visitemos librerías como centros recreacionales. No como una tienda, pues comprar libros es opcional. Nos pide que vayamos a conversar sobre literatura, a enterarnos sobre las últimas novelas y poemarios que hay a disposición y, sobre todo, que mantengamos viva la pasión por la palabra escrita, haciendo énfasis en autores nacidos en el país.

Sus recomendaciones:

Los maletines

Juan Carlos Méndez Guédez

“Méndez Guédez es un narrador consolidado. Una novela trepidante y bella, con momentos amargos y espacio para la risa y la ternura”.

 

El animal intacto

Enza García Arreaza

“Enza García Arreaza es una escritora que haga lo haga sorprende. Vive en Venezuela. Concienzuda, entregada, artista múltiple que busca expresarse en la grafía y en el trazo”.

 

Caracas mortal

Claudia Noguera Penso

“Sus poemas son fuertes, contundentes, sin concesiones ni florituras. Hay grito, hay verdad, hay espejo en sus letras. Un libro necesario”.

 

Santiago se va

José Urriola

“José Urriola es una voz dinámica, llena de frescura