Apple Vision Pro, anunciado por Apple como el primer computador espacial, redefine una vez más la conversación en tecnología. De hecho, la lleva de vuelta al dispositivo. Desvía la atención de todos, durante unos minutos, lejos del software, donde había estado durante los últimos meses, después de que muchos de nosotros hubiéramos quedado hipnotizados por las maravillas de nos prometen las nuevas versiones de los Grandes Modelos de lenguaje, un modelo que IA con el que podemos comunicarnos con palabras del lenguaje natural, me refiero a Chat GPT3 y Chat GPT 4, lanzados por Open AI. Aunque el asombro y la reflexión colectiva sobre las posibles implicaciones de estas IA y otras versiones de la misma siguen en pie, Apple, de un modo semejante a como lo hizo con el iphone en 2007, nos invita a centrar nuestra atención en el gadget o dispositivo.
El gadget es lo que todos (bueno, no todos, porque es un poco caro, Apple Vision Pro costará $3,499 y estará disponible al principio del próximo año según Apple) pueden obtener y comenzar a usar de inmediato. Sí, todos somos conscientes de que existe una curva de aprendizaje, ese período de tiempo que necesitamos para aprender a controlar un nuevo dispositivo hasta que podamos dominarlo. Comprenderlo en su más amplio repertorio de funciones. Y luego, usarlo con frecuencia hasta que se vuelve intuitivo. Y aquí nos topamos con una de las ventajas competitivas de Apple. Hacer que la tecnología se haga intuitiva. Así que nos iniciamos en él, hasta que se convierte en una parte prostética de nuestro cuerpo. Hasta que, sin darnos cuenta, comprendemos que cada día estamos un paso más cerca de convertirnos en un cyborg, un híbrido de humano y máquina. En este caso, la integración acelerada de dispositivo y humano, que es un modo de decir, de computador y humano, está mediada por este dispositivo que no tiene controladores para usarlo. El usuario solo necesita sus manos, voz y ojos para navegar.
De hecho, los usuarios podrán seleccionar las aplicaciones elegidas simplemente mirándolas. Uno de los softwares con los que viene este dispositivo aprende a leer las pupilas. Y entender así, con, mínimos movimientos de los ojos, lo que el usuario desea hacer. Predecir sus intenciones, llegando a conocerlo profundamente. Pero este dispositivo integra un repertorio de programas para facilitar la integración cerebro-maquina cuyo potencial ignoramos. Podría hasta decirse que el usuario es casi vulnerable frente al conjunto de tecnologías que han sido integradas en este dispositivo. Y que pueden seducirlo de un modo tal que lo hagan extremadamente dependiente del mundo que el dispositivo les ofrece. Pero algo más, y es que este dispositivo ha abierto la puerta a la hibridación cerebro-ordenador. Y esto deja a los humanos entre dos nuevas tecnologías revolucionarias. Las IA generativas como GPT4 y los dispositivos para facilitar la integración cerebro máquina como Vision Pro. El futuro de repente llegará antes. Todos esperamos un tipo de futuro creativo, próspero, justo y pacífico. Para que ese futuro llegue, necesitamos, como sociedad, comprender adecuadamente las implicaciones de estas tecnologías. Y no solo actuar como consumidores satisfechos. Incluso con ayuda de ellos, de estas nuevas tecnologías, deberíamos ejercitarnos en la práctica de visualizar el muy largo plazo. Y actuar en consecuencia.
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