Uno de los mas legendarios hoteles parisinos, El Hotel InterContinental Paris Le Grand, ha sido sutilmente transformando en 2021, completamente modernizado, y al mismo tiempo se ha revivido su característico espíritu Napoleón III. Un motivo de orgullo para los franceses y un icono de la elegancia en todo el mundo.
Hace casi 160 años, el 8 de mayo de 1862, la Emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III, inauguraba uno de los establecimientos hoteleros icónicos de París, el Grand Hôtel de la Paix, junto a sus propietarios, los hermanos Isaac y Emile Pereire. Estos últimos entusiasmados con el crecimiento de visitantes a la ciudad con motivo de la Gran Exposición Universal de Arte llevada a cabo en Paris en 1860, decidieron invertir en el ambicioso proyecto de crear un hotel de mil habitaciones en un lote ubicado entre el famoso Boulevard des Capucines, la Rue Scribe, y el maravilloso Palacio de la Ópera Garnier, destinada inicialmente a ser la Academia Imperial de Música y Danza.
La edificación fue diseñada por el arquitecto Alfred Armand, quien venía trabajando para los hermanos Pereire, en el diseño y construcción de las estaciones de ferrocarril de su proyecto ferroviario entre Paris y Saint Germain-en-Laye. La idea original se decantó en un hotel de 800 habitaciones, cada una con su propia chimenea, pero únicamente 40 de ellas con baño privado. Existía un área de baño pagado en el hotel disponible para los huéspedes del hotel, donde se brindaba servicio de hidroterapia y masajes a la manera de un spa de la época.
Hoy en día, este histórico establecimiento es el Hotel InterContinental Paris Le Grand, que pertenece a la cadena InterContinental desde 1984, cuenta con 458 habitaciones, incluyendo 90 suites, entre las cuales existe un grupo excepcional de 12 suites históricas: 4 suites Presidenciales, 4 suites Imperiales, 4 suites Diplomáticas, y 5 nuevas Signature suites.
El arquitecto interiorista Pierre-Yves Rochon, ha sido el responsable de las tres grandes renovaciones del hotel a lo largo de los últimos 35 años. Por lo cual es probable que muy pocas personas puedan hablar con tanta propiedad del estilo y personalidad de esta joya histórica, como lo hace él. “El trabajo en los últimos tres años de renovación, se ha enfocado en brindarle al mas grande hotel de lujo en Paris un nivel óptimo de comodidad y un ambiente moderno.”
Y efectivamente la fantástica y ardua labor de Rochon se puede observar en cada detalle del hotel. Entre las adiciones mas importantes que realizó, fue la creación de las cinco suites Signature, dos de ellas dúplex. Todas concebidas como apartamentos privados, con un diseño contemporáneo y único, pero conservando el espíritu Grand imperial del hotel. Cada una de estas suites en cierta forma rinde homenaje al monumento histórico vecino: La Ópera Garnier, porque para Pierre-Yves Rochon, el InterContinental Paris Le Grand ha sido siempre el hotel de la Ópera.
Estas cinco suites son: The Pearl, con 150 m2, con un sello indiscutible Imperio y Art Deco; La Parisienne, con 100 m2, la mas femenina, sutil y delicada de las cinco, con una iluminación maravillosa, y con vista de la Tour Eiffel; la Charles Garnier, con 130 m2, con el diseño mas contemporáneo de todas, rinde homenaje indiscutible a la Ópera Garnier, con su fabulosa vista, y su paleta muy luminosa de blanco y beige; la suite Eugénie, un tributo a la Emperatriz Eugenia de Montijo, un apartamento dúplex de cuatro habitaciones con una vista sensacional; y la suite Opéra, igualmente un fabuloso apartamento dúplex de 4 dormitorios.
Aparte de esta novedad, el arquitecto Rochon creó en el primer piso del hotel, el Club Lounge, como lugar de encuentro y descanso para los miembros Premium de InterContinental. Así mismo le dio un toque mas fresco y luminoso al espectacular Winter Garden, agregando palmeras, candelabros, alfombras y nuevo mobiliario. En general la idea fue recuperar el estilo Napoleón III, utilizando colores y patrones, pero modernizando lo necesario para actualizar las instalaciones. El concepto de renovación se aplicó igualmente al legendario Café de la Paix, donde se crearon tres estaciones de cocina a la vista, y se mantuvo el espíritu fresco y luminoso en una paleta de verdes y cremas con acentos dorados.
Las suites históricas incluyen tres modelos diferentes: La Imperial, localizadas en el primer piso, dignas de un monarca, con aire palaciego en sus techos pintados, su molduras doradas, retratos imperiales de Napoleón y Eugenia, decorada en una paleta azul y dorada. La Presidencial, decorada en tonos grises y beige con acentos en verde imperial; y la suite Diplomática en el tercer piso, ambientada en el mas puro estilo Napoleón III, con una paleta verde imperio.
Sin duda alguna alojarse en esta joya parisina, es un privilegio excepcional. Tomar el desayuno en el Café de la Paix, admirando la arquitectura de La Ópera de Garnier, mientras uno imagina aquella noche de 1862 cuando le tôut Paris asistía a la fiesta inaugural. Docenas de carruajes arribaban al 12 Boulevard des Capucines, para traer a lo mas selecto de la sociedad parisina, quienes accedían al Grand Hotel de la Paix por el actual Jardin d’Hiver, para dirigirse posteriormente al Salon Opéra, el gran salón de baile, donde la orquesta, dirigida por Jacques Offenbach, interpretaba música de La Traviata. Al llegar a este salón, hoy en día Monumento Histórico Nacional, los invitados se sorprendían por la espectacularidad del domo dorado de 14 metros de altura, sus impresionantes arcos, candelabros, y cariátides, creados por el escultor Aimé Millet.
Lo especial de tener la experiencia de alojarse en el Hotel InterContinental Paris Le Grand es que hoy en día, aún existen afortunadamente para nuestro goce estos espectaculares espacios que conservan todo su esplendor. Allí estará siempre París con todas sus maravillas, y esta es una que no tiene desperdicio.
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