La alta relojería cobra un nuevo sentido con este calibre 9981 MC de Cartier. La maison, famosa por saber medir el tiempo que toma llegar a la elegancia desmedida, se lanza a una conquista por dominar el arte, la forma y la precisión. Así nace un modelo que promete darnos horas misteriosas, llenas de estilo y balance perfecto.
El nombre del modelo Horas Misteriosas proviene de las enigmáticas innovaciones que hiciera Louis Cartier en conjunto con el joven relojero Maurice Coüet a principios del siglo XX, al crear impresionantes máquinas de precisión con mecanismos imperceptibles, inspirada en el padre del gran ilusionista Houdini, en los cuales las agujas del reloj parecieran flotar. Relojes sin recargamientos cursis y de una gran utilidad.
Para crear el modelo Clé de Cartier, los diseñadores tuvieron que partir desde la forma más básica: el círculo. Poco a poco las líneas se fueron abriendo para crear la sensación de un movimiento sin límites, una elegancia minimalista y un diseño armónico que implicó la desaparición de los bordes. Todos los elementos dan una sensación de perfección natural que son capaces de sorprender si son puestos en la muñeca del más escéptico.
La creación de está máquina implicó la inclusión de una nueva palabra en el vocabulario de los maestros de Cartier «la curva suave». Haciendo honor al legado, esta nueva dinámica en el diseño implica la sinuosa corona que se levanta en cualquier reloj de altura, pero con un giro argumental dado por la palabra en fracés clé (llave). La única herramienta capaz de abrir nuevas puertas, de ajustar el tiempo y corregir cualquier variación.
La piel de cocodrilo negro remata y hace perfecto contraste con los zafiros que conforman el fondo y el paladio que pone todo en su justo lugar en un diámetro de 41 mm que puede ser sumergido hasta 30 metros bajo el mar.
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