Lo femenino sigue siendo un asunto complicado. Las mujeres ganan menos que los hombres, ostentan menos cargos públicos, son asesinadas por viajar solas, son privadas de su placer que es decir lo menos cuando hablamos de ablación. Ser mujer sigue siendo un asunto peligro en no pocos países del globo terráqueo. Por eso queremos celebrar a todas esas mujeres que han luchado por sus derechos y que promueven otra forma de ver el mundo.
Caitlin Moran
«Junto con la ropa interior, el amor es una tarea de las mujeres. Las mujeres se tienen que enamorar. Cuando hablamos de las grandes tragedias que pueden ocurrirle a una mujer, una vez descartadas la guerra y la enfermedad, la idea que más nos estremece es la de no ser amada, y por tanto que no nos necesiten. Es posible que Isabel I estableciera las bases del imperio británico, pero nunca se pudo casar: pobre y pálida reina cubierta de mercurio. Jennifer Aniston es una hermosa y triunfadora millonaria que vive en una casa junto a la playa, en Los Ángeles, y nunca tendrá que hacer cola para devolver unas botas en Topshop resfriada; y, sin embargo, toda su treintena se describió como la década en que no fue capaz de retener primero a Brad Pitt, y luego a John Mayer. La princesa Diana, ¡con tanta mala suerte! Cheryl Cole, ¡sola! Hilary Swank y Reese Witherspoon…, bueno, ganaron un Oscar, ¡pero sus maridos las abandonaron!».
Simone de Beauvoir
«El día en que la sea posible para la mujer amar, no por debilidad sino por fortaleza, no escapar de sí misma sino encontrarse a sí misma, no humillarse sino reafirmarse – ese día el amor será para ella, como es para el hombre, una fuente de vida».
Susan Sontag
«No está mal ser bella; lo que está mal es la obligación de serlo».
Camille Paglia
«Creo que las mujeres más importantes y de mayor talento -me refiero a las mujeres realmente importantes como yo- han pasado dificultades en cuanto a ajuste sexual, de un modo que no necesariamente les ocurre a los hombres muy importantes».
Virginia Wolf
«Por diversos que sean los sexos, se confunden. No hay ser humano que no oscile de un sexo a otro, y a menudo sólo los trajes siguen siendo varones o mujeres, mientras que el sexo oculto es lo contrario del que está a la vista». (‘Orlando’, capítulo 4. Lumen).
Virginie Despentes
«Porque el ideal de mujer blanca, seductora pero no puta, bien casada pero no a la sombra, que trabaja pero sin demasiado éxito para no aplastar a su hombre, delgada pero no obsesionada con la alimentación, que parece indefinidamente joven pero sin dejarse desfigurar por la cirugía estética, madre realizada pero no desbordada por los pañales y por las tareas del colegio, buen ama de casa pero no sirvienta, cultivada pero menos que un hombre, esta mujer blanca feliz que nos ponen delante de los ojos, esa a la que deberíamos hacer el esfuerzo de parecernos, a parte del hecho de que parece romperse la crisma por poca cosa, nunca me la he encontrado en ninguna parte. Es posible incluso que no exista».
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