El pasado 20 de Octubre el Miami City Ballet inauguró su temporada 38 con un programa mixto Fall Mix basado en un hito en la historia de la danza: el primer ballet original de George Balanchine creado en los Estados Unidos, Serenade.

En la temporada 2023/24 se cumple el 40 aniversario de la muerte de George Balanchine, que no sólo fue la piedra angular del ballet moderno estadounidense, sino también maestro, mentor e inspiración de generaciones de bailarines y coreógrafos. Para honrar el legado de Balanchine y destacar el papel privilegiado que desempeña el Miami City Ballet en la custodia de su obra, esta temporada han preparado un programa que es un recorrido a través de un siglo de ballet.

Cada programa mixto del Miami City Ballet se basa en un clásico del repertorio de Balanchine, y se construye sobre esa base con obras maestras de coreógrafos de generaciones posteriores  y se completa con estrenos mundiales de las voces más jóvenes de la danza actual, con énfasis en el talento local.

En este primer programa de la temporada Fall Mix, se presenta Sea Change, una obra de estreno mundial del artista ganador del premio Bessie y nativo de Miami. Jamar Roberts, quien fue el primer coreógrafo residente del Alvin Ailey American Dance Theatre.

Completando este programa, se une la estimulante exploración del movimiento de Twyla Tharp en todas sus desafiantes modalidades, In the Upper Room. Del ballet al yoga, del boxeo hasta carreras a toda velocidad, los bailarines deben recorrer todo el espectro de movimientos y la intrincada sincronización inherente a la partitura de Philip Glass.

Serenade, el primer ballet que George Balanchine hizo en Estados Unidos en 1934, es una de sus obras más famosas y apreciadas. Con una partitura exuberante y emocionalmente rica de Tchaikovsky, Serenade in C Major for String Orchestra, este ballet carente de argumento, pero lleno de pasión, avanza impulsado por la apresurada y conmovedora partitura. Fue compuesto por Ballanchine para demostrar a sus estudiantes que bailar es mucho mas que tomar clases. Ballanchine compuso la coreografía con los alumnos que tenía en cada clase, el primer día 17 bailarinas, después 9, luego 3, trabajando con los elementos a sus disposición en cada momento. Hasta incluyó la llegada tarde de una bailarina y a los hombres los incluía a medida que aparecían en clase. Toda una obra maestra en el arte de la coreografía. En este escenario totalmente azul, los bailarines del Miami City Ballet, enfundados en sus trajes azules, bailaron con toda destreza y pasión este gran clásico del ballet del siglo XX.

Nacido y criado en Miami, Jamar Roberts se embarcó en un viaje que lo llevaría desde programas magnéticos de danza locales hasta convertirse en el primer coreógrafo residente en la historia del Alvin Ailey American Dance Theatre. Regresa a Miami con Sea Change, una coreografía original con la que busca evocar una sensación de conciencia en la audiencia. En este caso, la danza sirve como espejo del precario estado del mundo, instando a los espectadores a contemplar los desafíos compartidos que enfrenta la humanidad. Si bien Jamar frecuentemente aparece en escenarios de todo el mundo, presentar una obra importante en Miami tiene un significado especial. La emoción surge de la rara oportunidad que tienen familiares y amigos de presenciar su arte de primera mano y mostrarle su apoyo. Esta coreografía se basa en la música de John Adams, el diseño de vestuario es de Jermaine Terry yel diseño de proyección es de Camilla Tassi, con el arte de Rebecca Stenn. Un aplauso al Miami City Ballet por siempre apoyar los nuevos talentos, especialmente los locales.

In The Upper Room, la famosísima coreografía de Twyla Tharp estrenada en 1986, con música de Philip Glass, y diseño original de vestuario de Norma Kamali, con movimientos descritos por la misma coreógrafa como «feroces, impulsivos e implacables», con el objetivo de que algunos movimientos al unísono furiosamente rápidos «quemen la retina». El elenco de participantes se va formando poco a poco y, una vez establecido, evoluciona en parte cambiando el vestuario y elaborando su baile y su conexión con los demás bailarines. La coreógrafa caracteriza a las tres parejas que calzan zapatillas de correr como «zapateadores» y a las dos mujeres que calzan zapatillas de punta como «escuadrón de bombas». Todos trabajan de acuerdo con sus apodos, pisoteando y «bombardeando» el espacio con su delicadeza, energía y fuerza. Los bailarines juegan con el pulso de la música de Philip Glass y se alimentan de él. Una demostración de la versatilidad de los bailarines del Miami City Ballet, al presentar esta pieza contemporánea en la que ellos deben demostrar toda su destreza, fuerza y pasión, en una vertiginosa coreografía.   

El día del estreno la sala estaba llena, como era de esperarse, pero lo que nos sorprendió gratamente fue la gran cantidad de niños y adolescentes en el publico. Un gran acierto para los organizadores, que lograron atraer a las futuras generaciones de espectadores. Bravo!