El arquitecto más famoso de Estados Unidos, Frank Lloyd Wright, diseñó más de 1000 estructuras y fue pionero en la Prairie School of Architecture. Marcado por techos planos con aleros sobresalientes, ventanas agrupadas en bandas y líneas horizontales destinadas a evocar las vastas extensiones planas del paisaje de las praderas nativas de Estados Unidos, Wright creía en el diseño en armonía con la naturaleza, una filosofía que llamó arquitectura orgánica. El estilo Prairie fue el intento de Wright de crear un diseño exclusivamente estadounidense. Fue más popular en el Midwest, donde nació Wright y realizó la mayor parte de su trabajo. La obra más famosa de Wright en su carrera de 70 años es Fallingwater en Pensilvania. Construido sobre una cascada, personifica la arquitectura orgánica y la Prairie School. Fallingwater fue designada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO junto con otras siete casas de Wright.
Uno de los proyectos finales de Wright fue una casa señorial en un rancho de 96 acres en Los Baños, en el Valle de San Joaquin, California, conocida como The Fawcett Farm. Considerada una casa “usoniana”, una palabra acuñada por el arquitecto para describir el carácter del Nuevo Mundo del paisaje arquitectónico de Estados Unidos, pertenece a un grupo de 60 viviendas unifamiliares diseñadas en la última parte de la carrera de Wright. Combinando elementos del estilo moderno de mediados de siglo con la Prairie School de Wright, la casa se completó en 1961, dos años después de la muerte de Wright en 1959. Los propietarios originales de la casa, la estrella de fútbol de Stanford Buck Fawcett y su esposa, construyeron la casa ellos mismos a partir de los planos de Wright. Meticulosamente preservada y restaurada en consulta con el nieto de Frank, el arquitecto Eric Lloyd Wright, la propiedad se ofrece a la venta por $4.25 millones.
La casa de 4,000 pies cuadrados cuenta con siete habitaciones y seis baños completos. Con un hermoso motivo geométrico, muy característico de la arquitectura de Wright, paredes de vidrio con marcos de madera y el característico techo plano con aleros que sobresalen, la casa es única y llamativa. Un plano de planta abierto conecta las áreas de estar, comedor y familiar. Los clásicos muebles empotrados de madera de mediados del siglo XX, que incluyen gabinetes, estanterías y asientos, continúan con el motivo geométrico. Las chimeneas adornan la sala de estar, la sala familiar y el dormitorio principal. Las vistas de la pradera y de montaña brindan una atmósfera de suave tranquilidad desde las muchas ventanas de la casa.
Tanto el dormitorio principal como los espacios de entretenimiento se abren a la terraza de la piscina al aire libre y al patio de la propiedad. Además de una hermosa piscina empotrada, el paisajismo de los terrenos incluye palmeras, senderos de piedra, un jardín japonés y un estanque de peces koi con una cascada.
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