¿A quién no le gusta un selfie? Pero basta ya de cometer los mismos errores a la hora del click. Aquí te damos la guía de consejos elementales para mejorar tu selfie.
1. Elige muy bien tu vestuario.
Lo peor que te puede pasar es que te confundan con un wannabe, un tuki, una prepago o un nuevo rico. Consejo: vestuario básico, por ejemplo; jean y franela funcionan perfectamente.
2. Ármate de mucha actitud.
Esta es la segunda regla de oro. No quieres, por nada del mundo, que te vean como un loser. Elige tu mejor ángulo, una buena pose y finge locura. Si terminas con una pierna rota o un brazo dislocado, asegúrate al menos que haya quedado bien la foto; que todo sea por un buen selfie.
3. Escoge muy bien a tus acompañantes.
Nunca, pero nunca te tomes un selfie con alguien que sea ni más alto, ni más delgado ni más guapo que tú. El efecto relativo es imprescindible para que tú luzcas en todo tu esplendor. Recuerda que es tu selfie, no el de ellos.
4. Cuida los detalles de tu entorno.
Si vas a tomarte un selfie en el baño, entiende que no hay nada sexy en un espejo sucio o un photobomb de poceta. No olvides que en cada selfie aparece algo más que tú.
5. Vigila la iluminación.
Lo peor que te puede pasar es que salgas como un vampiro trasnochado. Ojo con las sombras. Jamás te tomes un selfie con luz fluorescente, no le favorece a nadie. La luz natural siempre funciona mejor.
6. Conoce a tu competencia.
Revisa con cuidado tu Instagram. Compara los selfies de tus post anteriores y los de tus contactos. Conocer a la competencia es indispensable. Si quieres verte mundano saca provecho a tu closet y no repitas escenarios.
7. Se creativo.
Sin importar tus dotes o atributos físicos naturales o artificiales, nadie quiere verte un millón de veces en el gym o en la cama con poca ropa. Así que bájale dos, también puedes usar un poco el cerebro.
8. El glam paga.
Si quieres muchos likes sin tener que desnudarte, hacer el ridículo o postear una frase de Paulo Coelho, recuerda que un selfie con una copa de champagne, en un bonito lugar le gusta a todo el mundo. Tener estilo es un gran afrodisíaco.
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