AiFunghi

 Aifunghi: el nuevo lujo brota del subsuelo

24 junio, 2025
Por: Team Complot / fotografías Robin Noordam

En tiempos donde todo parece reciclable pero poco se reinventa, Aifunghi aparece como una bocanada de aire fresco —y también de tierra húmeda. Esta nueva firma neerlandesa, nacida en los Países Bajos, se presentó oficialmente durante 3daysofdesign en Copenhague, uno de los encuentros más estimulantes del diseño contemporáneo. Su debut no pasó desapercibido: una colección bella, funcional y provocadoramente coherente con el planeta.

Detrás del proyecto están Bart y Marije Schilder, un matrimonio de diseñadores con experiencia en mobiliario de alto perfil, que junto a Michiel Geluk y Mo Aouraghé, aportan una visión colectiva profundamente alineada con la sostenibilidad y la innovación material. En su país de origen, donde el diseño suele ir de la mano con la ingeniería, la eficiencia y la poesía formal, Aifunghi lleva esa tradición un paso más allá: hacia lo biológico, lo sensorial y lo regenerativo.

Su primera colección es una declaración de principios: diez piezas entre lámparas, sillas, mesas y objetos tapizados elaborados con materiales renovables como compuestos de micelio y fibras de cáñamo, sin comprometer estética ni comodidad.

Diseñadas por el estudio interno de la marca y desarrolladas en colaboración con innovadores como Savian by BioFluff (una alternativa vegetal al pelo sintético) y Agoprene (espuma de confort a base de algas), las piezas de Aifunghi sorprenden no solo por su perfil futurista y su paleta táctil, sino también por sus formas inspiradas en el reino fungi. Como si cada objeto emergiera directamente del bosque.

Entre los más llamativos están la lámpara Campinio, con su cuerpo difuso y piel vegetal; la Venosa Lounge Chair, que se abre como una seta en flor; y las mesas Bolete, que combinan siluetas orgánicas, tapicería táctil y tapas de vidrio fusionado en tonos tierra y crema. Todo parece pensado para reconectarnos con lo natural, pero sin perder el rigor de un diseño europeo contemporáneo.

Pero más allá del lenguaje visual, lo que distingue a Aifunghi es su ética de fondo. No es solo una marca con materiales sostenibles, sino una estructura de pensamiento circular, donde cada decisión —desde los proveedores hasta los métodos de ensamblaje— busca alinearse con una lógica regenerativa. “La naturaleza no produce desperdicio, ¿por qué deberíamos hacerlo nosotros?”, afirman sus creadores.

Aifunghi no se suma a una tendencia verde: la reinventa. En un mundo saturado de objetos con fecha de caducidad, esta nueva propuesta parece brotar con firmeza y belleza desde el subsuelo del diseño —donde las raíces son tan importantes como la forma final.