El 12 de diciembre, el cantante mas legendario del siglo XX, el marido de Ava Gardner, el único que podía cantar y fumar a la vez, el amigo de la mafia, el que usaba trajes de Alpaca y sombreros Fedora, Francis Albert Sinatra, cumplió cien años. Nada mejor para recordarlo y celebrarlo que oir sus canciones.

I’ve Got You Under My Skin

«But why should I try to resist
when, baby, I know so well
I’ve got you under my skin»

Sinatra no sabía tocar ni un sólo instrumento pero era un perfeccionista, esta canción la repitió 21 veces hasta que la considero perfecta. Y lo es. Nadie como él para interpretar a Cole Porter. Una de las canciones de amor más deliciosas que existe llena de swing, picardía y ternura.

Come Fly With Me

«Come fly with me, let’s fly, let’s fly away»

Un tema perfecto para hacer declaraciones de matrimonio o proponer un viaje a escondidas. La canción grabada el 10 de octubre de 1957, uno de los clásicos de Sinatra, fué compuesta por los famosos compositores Jimmy Van Heusen y Sammy Cahn. El gran Billy Mae es el contrapunto perfecto de esa voz que nos invita a hacer el equipaje e ir a conocer un bar en Bombay, conocer un hombre orquesta en Perú y vencer a los pajaros en una carrera en la Bahía de Acapulco.

Fly Me To The Moon

«In other words, please be true
In other words, I love you»
Existen muchas, buenas y malas versiones de esta canción pero sin duda la mejor  es la de  Frank Sinatra. «Fly Me To The Moon» es una canción de amor perfecta, es alegre pero dulce, es soñadora, puedes bailarla o no. Se la puedes dedicar a tu amante, a tu esposa, a tu nieta o tu papá. Es también parte de la banda sonora del siglo del XX. La  utilizaron los astronautas en el Apolo 11 cuando llegaron a la Luna, el 20 de julio de 1969. Esta version es la de 1964, con arreglos del gran Quincy Jones.

Strangers in the night  

«Something in your eyes
Was so inviting…
Something in you smile
Was so exciting…
Something in my heart
Told me I must have you…»

Aunque la utilizo como marcha nupcial durante su boda con Mia Farrow, al principio «The Voice» no quería interpretar este tema. Frank pensaba que la melodía era una porquería y sólo cuando Ernie Freeman presentó su arreglo, accede a grabar la canción insignia de los amores de una noche que se transforman en duraderos.