Detrás de DMY Berlín, la semana de diseño de Berlín, se levanta la plataforma para el desarrollo de la arquitectura, el diseño interior e industrial más importante de Alemania, quizás de Europa. Su fundador y creador, el alemán Joerg Suermann, nos da pistas para entender el panorama del diseño de vanguardia en Europa y el mundo.
Los inicios de Joerg Suermann fueron muy movidos y su tono apacible puede hacer que muchos olviden la notoriedad que logró como parte del grupo experimental Garderobe23, por el que obtuvo una reputación internacional con el dúo de VJ’s “JPECH”. No obstante ahora los “venues” hasta las 3 a.m fueron reemplazados por reuniones de gestión cultural con las principales autoridades de Alemania. Él es hoy quien mueve esa gran olla de creatividad llamada Berlín.
-¿Cómo fue tu primer contacto con el diseño? ¿Siempre tuviste pasión por la Arquitectura, por lo gráfico?
-No recuerdo el momento exacto en el que dije: “quiero dedicarme a esto”, pero toda mi vida el diseño fue muy importante. Vine a principios de los noventa desde la Alemania Oriental (socialista) a trabajar como diseñador web y gráfico a Berlín, 10 años después comencé con un pequeño festival que reunía lo mejor del diseño. Era el DMY Festival y mira todo lo que ha crecido.
-¿Pudieras identificar diferencias entre el tipo de diseño (industrial, gráfico, ambiental) luego de la caída del muro? ¿Hay alguna palabra para describir cómo ha evolucionado a lo largo de los años?
-Incluso antes de la caída del muro, muchos artistas se iban y soñaban con instalarse en Berlín. Allí no tenías que enlistarte en el ejército, hacer llamadas era más económico y la gasolina era barata, así que muchos se fueron y se quedaron aquí porque era muy conveniente.
Luego de la caída del muro la industria de la Alemania Oriental se vino abajo y mucha gente simplemente se mudó porque no había trabajos. Fábricas que estaban en el lado oeste de Berlín quedaron vacías y mucha gente las alquiló, era muy fácil tener un estudio enorme, con techos altos. Para el diseño la caída del muro significó una conexión profunda entre el arte, la música y la situación económica.
Los diseñadores tenían así la oportunidad de experimentar a plenitud, porque no había presión de salir al mercado de arte y vender obras para poder vivir.
-¿Y por qué con Berlín y su Prenzlauerberg no pasó lo mismo que con Soho (y próximamente Williamsburg) en Nueva York? ¿Por qué la capital de Alemania sigue siendo el oasis de artistas y bohemios con precios bajos, pese a la gentrificación?
-Sí, es cierto. Pero hay un tema de presión financiera. Si la vida te es más económica, tienes más oportunidad de irte a lo experimental, a las ediciones limitadas, nuevos caminos de producción, nuevos materiales, así que en Berlín el design thinking es muy famoso, porque los creadores no están cerca del proceso de producción, así que el producto es más conceptual.
-Siempre hablas de la importancia del “buen diseño”, no se trata de algo nuevo en Alemania (la Bauhaus habla por sí sola), pero ¿en qué consiste el diseño germano hoy?
Básicamente explora y guarda relación con los estándares de la Bauhaus y la Escuela Ulm de los ochenta, el diseño alemán es funcional, no muy colorido, no muy lujoso, es más bien calmado, esto sería lo típico. Pero el diseño es muy diferente de acuerdo a la región. En Berlín sería experimental, pero en el sur se relaciona más con el diseño automotor y las grandes industrias, en el oeste está más afincado en el mobiliario.
-Siendo un creativo y uno de los principales promotores del diseño alemán, reconocido así por el Ministerio de Cultura, ¿cómo haces para mezclar el Joerg artista con el que debe hacer todo el papeleo y enfrentar a funcionarios en trajes negros?
-Sí, mi trabajo diario tiene que ver más con hojas de Excel y hablar con ministros que lidiar con artistas, pero si reflexionas te das cuenta que detrás de esa formalidad sigue habiendo diseño. La forma en cómo me comunico con ellos, la forma de escribir y presentar los conceptos, para mí es algo divertido, porque puedes cambiar las cosas.
Si hablo con un ministro puedo también mostrar qué transmitir y cómo conectarse con los artistas, algunas veces extraño el no tener tiempo para dedicarme plenamente a mis momentos creativos, pero lo compenso con charlas y talleres. Lo importante es que siempre estoy en contacto con el diseño. Últimamente me he reunido con amigos para hacer animaciones en video. Ese balance entre lo formal y lo espontáneo me viene muy bien.
-¿Entonces te sientes más como un editor o como un creador? Hay gente a la que le gusta divorciar estos conceptos.
-No sé lo que los demás piensen al respecto, pero yo me siento como un creador.
-¿Ya están en preparativos para el 2015? ¿Qué veremos en la próxima Semana del Diseño en Berlín?
-El día después de que terminamos una edición de DMY Design Week, comenzamos a preparar la del año siguiente. Debemos cerrar los contratos con socios de medios, locaciones y permisos, así como comenzar a idear cuál será el feeling de la próxima edición. Para el año que viene tenemos en el foco el “diseño social”, queremos tener más workshops, charlas y simposios. Hemos estado hablando con muchas embajadas para que todos los países que quieran puedan unirse, así que estas semanas he tenido oportunidad de comer buenas tortas y probar ricos cafés (risas).
-¿Cómo se desarrolla el “ojo”?, esa habilidad de la que hablan muchos artistas y que a la hora de la verdad es lo que permite que la comisaría dentro de una exposición sea un éxito.
-Siempre es muy difícil llevarlo a palabras, el diseño tiene mucho que ver con los sentimientos, así que en primer lugar necesito ser “tocado” por una pieza, el segundo paso es la innovación que está de detrás (qué materiales, cómo lo produjeron, cuál es el concepto que lleva) lo otro es que me gustan las ediciones limitadas. Los productos masificados tienen menos historia. Hay veces en que las cosas pueden estar rotas o con una raya, pero eso no las hace menos, me gustan las historias.
Ya tenemos demasiadas sillas de diseñador, pero si creas una nueva y cuenta una historia de cómo se hizo, ahí está la clave. Igual es complicado, yo no dicto las reglas, igual debemos pasar un proceso de selección para mostrar en cada feria lo que está pasando en materia creativa ese año.
-El diseño perfecto debe ser…
-Funcional, verse bien y tener algo se sustentabilidad en los materiales, pero yo no hago las reglas.
-Es impresionante el rol que ha tomado Berlín en pleno corazón de Europa. Uno de los atractivos de la semana del diseño en la ciudad es que se desarrolla dentro de un aeropuerto en desuso.
-Es perfecto, no tenemos límites de espacio así que podemos invitar a gente con instalaciones gigantes, proyectos no comerciales. Es un espacio enorme, al poner piezas de arte dentro de un hangar confieres la sensación de que estuvieras en una catedral, así que las piezas proyectan más respeto sobre el espectador.
-¿Qué pasará con Berlín dentro de cinco años? ¿Cuáles son tus proyecciones?
-Para los jóvenes es bueno venir e intercambiar con gente creativa por un período corto de tiempo, pero necesitamos llevar más industria a la ciudad para poder realizar todos esos proyectos que los artistas tienen en mente. De Suramérica me gustan las opciones para trabajar con productos artesanales y con productos naturales, sería genial potenciar ese intercambio.
-Una vez el alcalde de la ciudad dijo que en Berlín se “podía ser pobre, pero sexy”. ¿Eso continúa así?
-La ciudad sigue siendo cool y también sexy (risas) pero Berlín debe tener mucho cuidado, porque luego de esas declaraciones el turismo ha crecido mucho, aún así hay que mantener la calidad de vida para los habitantes. Pasa que al salir los viernes por la noche hay demasiada basura y gente bebida por las calles. Hay que exaltar el área cultural y no vivir solo del party tourism, sino otra ciudad se pondrá de moda por la fiesta y podría pasar a la historia, pero no por lo que ofrece como ciudad en el ámbito cultural.
Respuestas cortas
Una pieza
El trabajo de Oskar Zieta y su trabajo de metal con aire
Un libro de infancia
Pipi Calzalargas. Me encantaba que vivía sola en una casa siendo niña.
Una figura geométrica
Círculo.
Un color
Azul marino.
Una obra de arte
El trabajo matemático de Paul Amster.
Un paisaje
La Selva Negra alemana.
¿Cómo diseñarías el mundo ideal para a ti?
Sin fronteras, todos viviendo juntos y sin diferencias entre ricos o pobres.
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