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Rei Kawakubo: la rebeldía como objeto de culto

2 septiembre, 2025
Por: Pedro Maal / imágenes cortesía PIASA

En plena Paris Fashion Week, la casa de subastas PIASA convertirá la rue du Faubourg Saint-Honoré en epicentro de la moda de culto. El 1 de octubre de 2025, a las dos de la tarde, se celebrará una venta inédita: Rei Kawakubo & Comme des Garçons (1969-1999), más de 500 piezas que recorren tres décadas de creación de Rei Kawakubo y Comme des Garçons, la marca japonesa que transformó para siempre el lenguaje de la moda.

La colección, con estimaciones que van de los 150 a los 2.000 euros, abarca desde los inicios en 1969 hasta el umbral del nuevo milenio. No es solo una subasta: es la oportunidad de revisar la trayectoria de una diseñadora que cuestionó la belleza, el cuerpo y las convenciones sociales con cada puntada.

La dimensión cultural de Comme des Garçons

Cuando Kawakubo debutó en París en 1981 con su colección Pirates, la prensa se mostró dividida. El exceso de negro, los tejidos rasgados y las siluetas asimétricas chocaban con la opulencia ochentera. Se la acusó de “hacer moda de harapos”. Cuatro décadas más tarde, esas críticas resuenan como prueba de lo que significa ser visionaria.

Las piezas en subasta incluyen hitos como Noir (1988), que elevó la monocromía a manifiesto estético; Metamorphosis (1994), donde el cuerpo se transforma en volumen escultórico; y la célebre Body Meets Dress, Dress Meets Body (1997), recordada como la “colección de los jorobados”, con prótesis acolchadas que cuestionaban la silueta femenina tradicional. Cada lote es testimonio de una época en la que Kawakubo desmanteló las nociones establecidas de moda y abrió espacio a un discurso más libre y experimental.

El impacto de Kawakubo trasciende lo puramente estético. Su manera de concebir la ropa como un campo de investigación influyó en toda una generación de diseñadores occidentales: de Martin Margiela y Ann Demeulemeester a los contemporáneos Demna Gvasalia en Balenciaga o John Galliano en Maison Margiela.

Al mismo tiempo, su modelo de negocio fue igualmente rupturista. A diferencia de otras casas absorbidas por conglomerados, Comme des Garçons sigue siendo independiente, dirigida por Kawakubo junto a su marido Adrian Joffe. De sus manos han nacido tanto líneas de alta moda como colaboraciones masivas con Nike, H&M o Converse, siempre manteniendo intacta la tensión entre lo elitista y lo popular. Su proyecto Dover Street Market consolidó esta visión híbrida: un espacio donde el retail se convierte en experiencia cultural y la moda convive con el arte y el diseño.

Una colección personal convertida en legado

El archivo que ahora sale a la luz pertenece a Hiroaki Narita, pionero del mercado de diseño en Japón y apasionado coleccionista de Kawakubo desde los años noventa. Lo que comenzó como una búsqueda personal terminó convirtiéndose en un corpus monumental que refleja tres décadas de experimentación radical.

La historia tiene además un giro contemporáneo: el catálogo de la subasta fue ilustrado íntegramente por Simon Narita, hijo del coleccionista, de apenas 15 años. Un “nativo digital” que aporta su mirada fresca a un legado nacido antes de su tiempo. El gesto conecta dos generaciones y refuerza la idea de que la moda de Kawakubo sigue siendo relevante, incluso para quienes no vivieron su irrupción original.

PIASA la intimidad como escenario

Fundada en 1996, la casa de subastas PIASA se ha especializado en dar visibilidad a la creación de los siglos XX y XXI, siempre con un ojo puesto en lo estético y lo disruptivo. Su sede en un edificio del siglo XVIII, en pleno triángulo dorado parisino, acogerá la exposición pública del 26 al 30 de septiembre, antes de que las prendas pasen del pedestal a las manos de nuevos coleccionistas.

Más allá del valor de mercado, PIASA se ha convertido en un espacio donde moda, arte y diseño se encuentran bajo una misma narrativa. En este sentido, la subasta de Comme des Garçons no solo responde a la lógica del coleccionismo, sino que se inscribe en una reflexión más amplia sobre cómo archivar, conservar y revalorizar movimientos culturales que transformaron la estética global.

La rebeldía como objeto de deseo

Que la moda de Kawakubo —concebida originalmente como acto de resistencia— llegue al martillo de una subasta en pleno Fashion Week no es una paradoja, sino una confirmación. Su irreverencia, su rechazo a las convenciones y su forma de cuestionar el cuerpo se han convertido en parte del canon, y ese canon ahora circula como patrimonio coleccionable.

El 1 de octubre en PIASA, París no solo será capital de la moda: será escenario de un diálogo entre pasado y presente, entre rebeldía y mercado, entre memoria y deseo. Rei Kawakubo lo anticipó en cada colección: la moda no es apariencia, es lenguaje. Y en este caso, uno que sigue resonando con fuerza medio siglo después.