Sicilia-vinedos

7 vinos sicilianos que debes probar ahora

1 febrero, 2023
Por: Lorenzo Dávalos

Una inolvidable experiencia gastronómica resultó la cata de vinos de las bodegas Duca Di Salaparuta, de Palermo, Sicilia perfectamente maridados con los platos seleccionados y preparados bajo la dirección del chef Marco Giugliano en el Restaurante Doma en Wynwood.

Fundada hace más de 180 años, Duca di Salaparuta produce vinos en terroirs cuidadosamente seleccionados ubicados en tres de las mejores regiones vitivinícolas de Sicilia. Todos juntos, los viñedos del grupo cubren poco más de 180 hectáreas, en las que se cultivan las variedades: Nero D’Avola (desde 1984), Grillo, Insolia y Pinot Noir.

Duca-Lavico-Bianco-Rosso

La cata comenzó con dos vinos frescos y jóvenes, el Lavico Etna Bianco, producido con la variedad Carricante, y el Lavico Etna Rosso, que era un varietal producido con Nerella Mascalese. El Lavico Etna Bianco es seco, mineral, aunque fresco y algo punzante. El Lavico Etna Rosso, que tiene una maduración en barrica de hasta 12 meses, tiene también un toque mineral debajo de notas a frutos rojos y vainilla. Ambos jugaron un papel de aperitivo que resultó ideal para estimular amenas conversaciones con los comensales y nuestros anfitriones de la experiencia enogastronómica, quienes nos dieron una muy bien informada charla sobre los vinos, terroirs y variedades que se cultivan en Sicilia, todos ellos vinos que de un modo u otro revelan al paladar avezado huellas tenues pero distinguibles de las milenarias emanaciones que el siempre activo Etna ha depositado sobre el suelo de la isla.

2022_BTG_FLORIO_MARSALA

A continuación, y acompañando la entrada, que consistió en un tempura de flores de calabacín con ricotta, balsámico y emulsión de berenjena, nos fue servido un delicioso Marsala Florio Vergine Riserva 2009 producido únicamente con Grillo fortificado con etanol (lo que hace posible que alcance los 18.5 % vol). Catar este Marsala fue una experiencia realmente gratificante. Su paladar ligeramente dulce, su grado alcohólico ligeramente superior al de los caldos con vinificación regular, y sus notas a flores de alcaparra y cítrico, balancean amablemente el toque dulce del Marsala.

De seguido degustamos unos candele alla Genovese correctamente al dente servidos con un ragú de carne cocinada lentamente maridados con un Duca Enrico 2018, con 18 meses en barrica, producido con Nero D’Avola, cepa que se comenzó a cultivar en los viñedos de esta bodega en 1984. Este vino de intenso bouquet, cuerpo medio a fuerte, que combina notas a cereza con vainilla y especias, tiene una larga permanencia en boca y gusto balanceado. La intensidad de y la estructura, típicas de esta cepa se expresan con  gran carácter en este caldo.

BTG_DUCA_Icone-DucaEnrico

Con el plato fuerte, un filet mignon asado con guarnición de brócoli, porcini y milhoja de papas, nos fue servido un vino de gran paladar, se trataba del gran Duca Enrico 2004, también producido con Nero D’Avola, y madurado en barricas de roble por 18 meses. De un rojo granate profundo, este vino de paladar redondo con ligera astringencia presenta notas de regaliz y chocolate oscuro. Constituyó este maridaje una experiencia especial.

Finalmente el postre, un helado de pistacho con cremosidad insospechada, fue maridado con un Marsala Florio Semisecco Superiore Riserva 2015, producido con uvas de Grillo. A diferencia del Marsala maridado con el tempura, que nos fue servido a poco de sentarnos a la mesa, este Marsala es más dulce (80g/l).

Florio-Marsala-Semisecco

La cata-degustación cerró con una copa de Marsala Florio Semisecco Superiore Riserva 2001, con 19 grados de alcohol y un contenido de azúcar de 85 g /l. Resalta al paladar la fruta preservada en alcohol, reforzada por notas de castañas. Comimos con este caldo el último bocado del helado de pistacho. Nos queda esperar a que esta nueva selección de los mejores vinos sicilianos llegue a la ciudad, muy pronto.